Venezuela en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Diablos Danzantes de Corpus Christi de Venezuela

Los Diablos Danzantes de Corpus Christi constituyen una manifestación de religiosidad popular tradicional, practicada en Venezuela desde mediados del siglo XVII. Integra expresiones diversas de ritualidad de carácter sagrado y profano: ceremonias religiosas, recorridos en espacios con significación simbólica, bailes, secuencia de pasos en forma de cruz, y en algunos casos improvisaciones, además de expresiones musicales que contemplan la ejecución de instrumentos de cuerdas o percusión, en las que siempre está presente el uso de una maraca en la mano derecha, como forma de ahuyentar a los malos espíritus.

Es una práctica normada que se celebra anualmente el noveno jueves después del Jueves Santo e involucra a miembros de cofradías unidos por el pago de promesas, en algunos casos vitalicio. El motivo central es la rendición de los Diablos ante el Santísimo Sacramento como forma de recrear el triunfo ancestral del Bien sobre el Mal.

Los autodenominados “promeseros” utilizan máscaras alegóricas a diablos, animales y otras representaciones  Aun cuando la cofradía de cada localidad tiene sus normas y especificidades en este aspecto, hay un espacio que permite la expresión creativa y las habilidades manuales de los portadores, respetando los distintivos que indican  jerarquías o votos por prosperidad, entre otros.

La indumentaria consiste en pantalón, camisa, capa y velo de diferentes diseños y colores, en algunos casos con una cola alusiva al demonio. Siempre se incorporan símbolos cristianos (la Cruz, escapularios, palma bendita, el Santísimo Sacramento), visibles o no, así como cencerros, pañuelos y cintas protectoras de los danzantes ante posesiones malignas.

¿Dónde se celebra?

En diversas comunidades de Venezuela se realiza el culto al Santísimo Sacramento mediante la celebración del ritual de religiosidad popular denominado Diablos Danzantes de Corpus Christi, que se efectúa en el marco de la festividad católica donde se resalta la presencia de Cristo en el Sacramento de la Eucaristía.  Los danzantes se agrupan en cofradías o hermandades, que se identifican a sí mismas de acuerdo al nombre de la localidad en la cual se desenvuelven, esto es por ejemplo, las poblaciones de Cata, Chuao, Turiamo, Ocumare de la Costa, Cuyagua, San Millán, Yare, Tinaquillo, San Rafael de Orituco, Patanemo y Naiguatá.

Muchas cofradías, conformadas entre los siglos XVII y XIX, en la actualidad han sido registradas jurídicamente como Asociaciones Civiles para propósitos administrativos y organizativos ante las instancias públicas.  Para los efectos del desarrollo de la manifestación, los portadores, que suman cerca de 5.000 personas, mantienen la estructura  jerárquica original de las cofradías.

Las comunidades en las que se realiza la celebración de los Diablos Danzantes están ubicadas en la zona centro norte del país, en los estados y localidades siguientes: Estado Aragua: Cata, Cuyagua, Chuao, Ocumare de la Costa y Turiamo (sede en Maracay); Estado Carabobo, San Millán y Patanemo; Estado Cojedes, Tinaquillo; Estado Guárico, en San Rafael de Orituco; Estado Miranda, en San Francisco de Yare y en el Estado Vargas, en Naiguatá. Desde el punto de vista geohistórico, los orígenes de estas comunidades estuvieron vinculados a las haciendas para la explotación del cacao y otros cultivos como la caña de azúcar, el café y el añil, surgiendo en estos espacios a lo largo del tiempo, una diversidad de manifestaciones populares producto de la interacción conjunta de tres culturas: la indoamericana, la europea y la africana.

Inscrito en 2012 (7.COM) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial

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PARRANDA DE SAN PEDRO DE GUARENAS Y GUATIRE

La Parranda de San Pedro es una manifestación popular de carácter ritual y festivo. Aunque imprecisa, su primera referencia histórico-documental ubica su origen a principios del siglo XIX.

Los preparativos de la festividad se inician varios meses antes de junio, cuando los parranderos agrupados en comparsas, ensayan música, cantos y bailes, renuevan el vestuario y designan las personas que van a encargarse de las actividades preparatorias.

En la tarde de cada 28 de junio, los miembros de cada Parranda vistiendo su ropa cotidiana, encierran sus respectivas imágenes de San Pedro en las Iglesias de Santa Cruz de Pacairigua, de Guatire, y en la Catedral de Nuestra Señora de Copacabana, de Guarenas, iniciándose el Velorio con el canto de coplas alusivas al Santo que se prolonga hasta las doce de la noche.

El 29 de junio, día de San Pedro, después de haber escuchado la misa cantada en la Iglesia y recibido el “permiso” y la bendición del sacerdote para que la imagen del Santo salga, los parranderos, todos del género masculino,  con el rostro pintado de betún negro y ataviados de forma característica, junto a la comunidad desbordan las calles con alegría y entusiasmo. Entonan coplas y danzan al ritmo de la música, “bailando” la imagen de San Pedro con el objeto de rememorar la tradición oral según la cual el Santo sanó a la hija enferma de la esclavizada María Ignacia. Durante el resto del día, visitan casas de viejos parranderos que han contribuido al legado histórico y cultural de la manifestación, así como de promeseros que abren sus hogares al Santo y a los parranderos.

¿Dónde se celebra?

Se celebra en el Estado Miranda, en las poblaciones de Guatire y Guarenas, región Centro. Los portadores de la manifestación se autodenominan como Parranderos de San Pedro de Guarenas y Parranderos de San Pedro de Guatire. Ambos colectivos pertenecen a comunidades que se identifican con una memoria histórica asociada a la devoción hacia San Pedro Apóstol, expresada en cantos, danzas y el pago de promesas que se recrean cada 29 de junio. La mayoría de los portadores habitan en las poblaciones de Guarenas y Guatire del Estado Miranda, cuya actual actividad económica es la producción de bienes y servicios, aunque también hay una importante industria agrícola. Los mismos se desempeñan en oficios y profesiones diversas, propias del ámbito urbano e industrial, tales como: albañiles, médicos, abogados, agricultores, contadores, docentes, comerciantes, músicos, bailarines, estudiantes, deportistas. Los parranderos, así como los miembros de sus comunidades que participan en cualquiera de las actividades relacionadas con la manifestación, también se autorreconocen como sanpedreños.

Inscrito en 2013 (8.COM) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

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CONOCIMIENTOS Y TECNOLOGÍAS TRADICIONALES PARA EL CULTIVO Y PROCESAMIENTO DE LA CURAGUA

Los conocimientos y tecnologías tradicionales para el cultivo y procesamiento de la curagua conforman un cuerpo complejo de saberes y prácticas tecnológicas significativas relacionadas a la siembra de esta planta, al procesamiento de las fibras derivadas y la  elaboración de productos artesanales mediante técnicas de tejido. El elemento reúne competencias especializadas en las  características ecológicas locales para el cultivo de la curagua, en la técnica específica de extracción de las fibras (tallado) y su procesamiento, hasta convertirlas en los hilos para la elaboración de productos artesanales a partir del entrelazado de elementos. Caracteriza la fibra su fortaleza, durabilidad, blancura y suavidad.
El dinamismo y la innovación del elemento se evidencian en la combinación de los conocimientos prehispánicos sobre la botánica y aprovechamiento de las fibras de la curagua y del moriche (Mauritia flexuosa), junto con la incorporación creativa de herramientas, procesos y materiales foráneos sin perder su particularidad local. Los saberes tecnológicos de la curagua se materializan siguiendo cuatro etapas sucesivas de producción, que incluyen:

1.    El cultivo: implica la preparación del terreno, la siembra y cuidado de la planta durante dos a tres años.

2.    El tallado: extracción de la fibra de la penca de curagua mediante un movimiento de despeje, utilizando una cuerda de la misma fibra y una herramienta local (tortol).

3.    El procesamiento: serie de subprocesos para acondicionar la fibra y producir el hilo (lavado, secado, raspado, encabezado, escarmenado, hilado).

4.    La elaboración de bienes tradicionales.

¿Dónde se encuentra la planta?

En el Estado Monagas, municipio Aguasay, región Oriente.

Inscrito en 2015 (10.COM) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

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EL CARNAVAL DE EL CALLAO: REPRESENTACIÓN FESTIVA DE UNA MEMORIA E IDENTIDAD CULTURAL

El Carnaval de El Callao es una expresión festiva, resignificante de la memoria e identidad local, cuyos orígenes se asocian a los cannes brulées, fiestas de emancipación celebradas en las islas francoparlantes del Caribe.

Alrededor del Calipso, la representación simbólica de personajes históricos y fantasías creativas, conciertos y bailes en las calles del pueblo, engranan  lúdicamente prácticas, conocimientos, valores, instrumentos musicales y espacios significativos para el encuentro y la remembranza identitaria.

En el Calipso se ejecutan instrumentos tradicionales: cuatro -cordófonos-, bumbac y tambores largos –membranófonos-, charrascas y cencerros -idiófonos–, así como eléctricos: guitarra y bajo. Originalmente sus letras, de contenido satírico, crítico o afectivo, eran cantadas en patois, lengua propia de Las Antillas. Actualmente también son interpretadas en español e inglés.

El Carnaval transcurre entre recorridos independientes de las comparsas que parten desde sus correspondientes sedes, sin entrecruzarse en la ruta. A lo largo del trayecto, la comparsa incrementa el número de participantes iniciales —200 a 300—, hasta alcanzar entre 1.500 a 3000, por la incorporación espontánea de residentes y visitantes.

El Carnaval ocurre en un ciclo festivo de dos meses. Inicia en enero con el “Grito de Carnaval”, fase preparatoria caracterizada por ensayos domingueros. Tiene su máxima expresión hacia finales de febrero y principios de marzo, en fecha  variable según el calendario católico. Comprende una semana de celebraciones continuas que culminan el martes de carnaval a las doce de la noche, cuando  los portadores hacen un alto a su fiesta y retornan al curso cotidiano.

¿Dónde se celebra?

En el Estado Bolívar, población El Callao, región Guayana.

Inscrito en 2016 (11.COM) en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

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Ciclo Festivo alrededor de la devoción y culto a San Juan Bautista

Los principales involucrados, para quienes el elemento es signo de identidad cultural, se autorreconocen como Parranderos y Sanjuaneros, siendo estos últimos los devotos que, de modo independiente, o perteneciendo a una organización comunitaria, rinden ofrendas y participan de un tramado ritual afianzado en la fe, ante la presencia simbólica y religiosa de San Juan Bautista. Los Parranderos son creyentes y depositarios de saberes ancestrales y forman parte de agrupaciones en torno al santo, como herederos de modos organizativos de origen colonial. Estas agrupaciones en el curso histórico han redimensionado sus estructuras y formas conmemorativas. Cada colectivo le atribuye un nombre particular a su forma organizativa, que generalmente incluye la denominación de la localidad donde habitan y practican la manifestación. En Venezuela se han conformado más de 150 organizaciones devotas celebrantes del culto.   

Es un elemento del Patrimonio Cultural Inmaterial muy enraizado en más de 150 comunidades de la región norte y centro costera del país, en la mayoría de los casos asentadas frente al Mar Caribe, al pie de la Cordillera de la Costa. Estas comunidades se ubican mayoritariamente en los estados Aragua, Carabobo, Miranda, Vargas (actual estado La Guaira) y Yaracuy, y comprende distintas localidades, tanto rurales como urbanas, de origen afrodescendiente. Como producto de las importantes migraciones desde el campo hacia las grandes ciudades, motivadas por las transformaciones socioculturales del país, tal y como fue el auge y desarrollo de la industria petrolera desde la primera mitad del siglo XX, el elemento también cuenta con una importante presencia en Caracas, la capital de Venezuela, y en otras grandes urbes.

 Identificación y definición del elemento   

Los Estados deberán demostrar que "el elemento constituye patrimonio cultural inmaterial según se define en el artículo 2 de la Convención".

  • Tradiciones y expresiones orales, incluida la lengua como vehículo del patrimonio cultural inmaterial.
  •    Artes escénicas.
  • Prácticas sociales, rituales y eventos festivos.
  •    Conocimientos y prácticas sobre la naturaleza y el universo.
  •     Artesanía tradicional.
  •     Otro (s).

Descripción del elemento.

La celebración constituye un entramado de conocimientos y prácticas heredadas desde el siglo XVII. Mayoritariamente está representada por comunidades afrovenezolanas, descendientes del emplazamiento de haciendas coloniales. Sus inicios se vinculan a la influencia del catolicismo, en conjunción con expresiones verbales, musicales y corporales, cuyas raíces se conectan con África subsahariana. Para los Sanjuaneros, su vitalidad es significado de resistencia cultural y libertad; remembranza de la esclavitud de sus ancestros.

En diferentes localidades el ciclo festivo se inicia a comienzos de mayo. Las celebraciones convergen a finales del mes en un rito de aparición de San Juan, quien, en algunos casos, es niño y en otros, adulto. Junio resulta el período de mayor riqueza del calendario ritual del elemento, destacando los días 23 y 24. El 23, los Sanjuaneros intercambian visitas para fortalecer su amistad, mientras hacen acercamientos a iglesias y Casas del santo. El 24 es dedicado a la fiesta y al bautizo del santo en los ríos; rememoración del evento bíblico. Muchos devotos también se sumergen en el río para ser bendecidos por el santo.

Los portadores al ritmo de golpes de mina y cumaco, entre otros tipos de tambores, evocan historias mientras solicitan favores, agradecen y pagan promesas. La alegría y espiritualidad se manifiesta entre cantos de sirena, luangos, malembe y sangueos durante las procesiones. El cierre del ciclo varía, mas, en numerosas comunidades, culmina el 16 de julio, día de la Virgen del Carmen, cuando la imagen religiosa se retorna a su sitio de resguardo.

¿Quiénes son los portadores y practicantes del elemento? ¿Existen roles específicos, incluidos los relacionados con el género o categorías de personas con responsabilidades especiales para la práctica y transmisión del elemento? Si es así, ¿quiénes son y cuáles son sus responsabilidades?

Los portadores se organizan en cofradías, sociedades, parrandas y hermandades. Las cofradías y sociedades tienen responsabilidad sobre la imagen religiosa y sus roles están siempre vinculados a la institución eclesiástica, distinto a lo que sucede en las parrandas y hermandades, cuyas dinámicas resultan más tangenciales a los estatutos católicos, razón por la cual la imagen posee en cada comunidad su Casa, sitio de resguardo siempre conectado a una figura tutelar. 

En las organizaciones participan personas de distintas condiciones sociales, políticas y económicas, pero, siempre es vital, el respeto de las jerarquías consuetudinarias en las que predomina el rol asignado a las mujeres, como es el caso de las Capitanas, Presidentas y Hermanas de San Juan; Celadoras, Custodias o Madrinas. También están las Mariposas, mayoritariamente niñas, quienes ondean banderas ante el santo durante las procesiones.

Otros roles son los tamboreros y sus ayudantes, lutieres, cargadores del santo, cantantes y bailadores. También participan cocineros, hacedores de bebidas rituales, promeseros, pintores, tallistas y escultores, creadores de las imágenes y el sacerdote. En varias localidades destacan los lancheros, pescadores que en sus embarcaciones pasean al santo mientras recorren sus sitios de trabajo junto al mar, para obtener la bendición de San Juan Bautista.

En diferentes etapas del ciclo festivo participan la mayoría de los miembros de las comunidades, quienes se involucran desde la autogestión; por ejemplo, para distribuir alimentos o adornar las calles. Si es necesaria una recolecta de dinero o la solicitud de apoyo económico ante instituciones gubernamentales, la comunidad también se organiza. 

¿Cómo se relacionan los conocimientos y habilidades con el elemento que se transmiten hoy?

"Los verdaderos sentimientos que se llevan por San Juan se encuentran en el corazón y no en la mente", es una expresión común entre los Sanjuaneros. En esta exclamación de fe radica la función social que las comunidades devotas proporcionan al elemento. Para que dicha premisa sea recreada de forma anual, es imprescindible que, en cada componente de la celebración, la cohesión social, la hermandad, la solidaridad, el respeto y el compromiso se mantengan presentes.

A la imagen de San Juan se asocian el cumplimiento de milagros y favores, tales como la recuperación de la salud, la prosperidad e incluso la consecución del amor. En este sentido, ante el santo y el repique de sus tambores, existe un imaginario popular que se expresa en los dolores, pero también en las esperanzas de sus devotos, incluyendo los de aquellos que no pueden participar en la celebración. La recreación del ciclo festivo implica no sólo la solicitud de aspiraciones individuales, sino que trasciende hacia la búsqueda del bienestar del prójimo y de la comunidad en pleno.

El elemento comprende y estimula un alto sentido de pertenencia y de marcos identitarios locales y regionales. Los portadores, tanto en el contexto de la celebración como en otros espacios de su vida cotidiana, refieren y evocan permanentemente sus memorias colectivas a partir de la figura de San Juan Bautista, estableciendo conexiones con los ancestros, el territorio y el paisaje que han dado escenario y significado al Ciclo Festivo. 

¿Existe alguna parte del elemento que no sea compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes o con la exigencia del respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos, o con el desarrollo sostenible?

El elemento es afín a los instrumentos internacionales de derechos humanos, y su respeto no sólo es una aspiración colectiva, sino una condición exigida para la participación en cualquier actividad vinculada al Ciclo Festivo. El trato adecuado entre Sanjuaneros y la consideración de la sabiduría de los adultos son requisitos primordiales. Más allá de ciertos roles asignados, de acuerdo al género, ser hombre o mujer no es impedimento para asumir responsabilidades asociadas con la celebración.

En el pasado, el elemento estaba vinculado a expresiones orales que podrían ser interpretadas como ofensivas o discriminatorias. Es el caso del uso de la palabra rochela, que significa fiesta o reunión. Durante la época colonial, la frase "rochela de negros" era utilizada por los esclavizadores para descalificar las celebraciones de los Sanjuaneros. A partir de este hecho, en comunidades del estado Aragua se generaron espacios de reflexión, que han conducido a la reinterpretación y reivindicación de la historia y la oralidad, como contrapeso a los prejuicios y estereotipos establecidos por los sectores dominantes.

La relación entre el Ciclo Festivo y el territorio se traduce en la conformación de geografías simbólicas, cuyas características ambientales, desde una perspectiva endógena, son reconocidas y protegidas tanto por sus valores naturales como por su vinculación al PCI. En muchas de las comunidades portadoras las actividades económicas, especialmente la agricultura y la pesca, son gestionadas a partir de proyectos autosostenibles en los que el elemento resulta fundamental para definir el valor y el curso de dichas prácticas socioproductivas tradicionales. 

Contribución para garantizar la visibilidad y la conciencia y fomentar el diálogo.

El Ciclo Festivo de San Juan Bautista, y particularmente las diferentes formas organizativas que le definen, constituyen un referente emblemático de los preceptos establecidos en la Convención UNESCO, 2003. Los sentimientos devocionales y las acciones mancomunadas que se celebran aun en ausencia de imágenes o tallas, son muestra de un legado inmaterial basado en un sistema de valores humanos de trascendencia universal. La perseverancia, solidaridad y entrega con que los portadores del elemento han trabajado por siglos a favor de su pervivencia, incluso desde la consideración de circunstancias históricas, sociales, políticas y económicas adversas, representan una clara demostración para toda la humanidad de que sólo desde el compromiso compartido, el trabajo sostenido y una clara conciencia sobre los orígenes y fundamentos del acervo cultural, será posible no sólo la visibilización del PCI, sino la concreción de planes que garanticen el fortalecimiento y socialización de su importancia de cara al futuro.

¿Cómo se fomentaría el diálogo entre comunidades, grupos e individuos mediante la inscripción del elemento?

Este ciclo festivo es una muestra de la vitalidad de formas alternativas de fe y ritualidad en contextos diferenciados: pueblos, pequeñas y grandes ciudades. A partir de su inscripción, la viabilidad del elemento se podrá catalizar y enriquecer desde la capacidad y disposición de sus portadores, para compartir espacios con otras parcialidades étnicas, culturales y religiosas. La recreación de diferentes saberes, formas organizativas, estéticas, toques de tambores, cantos y bailes, recogen un enorme potencial para el intercambio en ejercicios reales de interculturalidad.

El elemento en términos del diálogo entre comunidades, ya cuenta con un sinfín de experiencias en el ámbito nacional e internacional que tienden a intensificarse. Se hace  notable la relación de sanjuaneros del estado Yaracuy con colectivos de España, así como los Encuentros Internacionales que se realizan, desde hace más de 20 años, entre los sanjuaneros de Tarapío en el estado Carabobo y los de República Dominicana.

¿Cómo se promovería la creatividad humana y el respeto por la diversidad cultural mediante la inscripción del elemento? 

Los portadores reconocen la diversidad simbólica y ritual que existe entre las diferentes organizaciones sanjuaneras, conscientes de que esas diferencias les enriquecen en el contexto de la fe y la fraternidad que los caracteriza y une como devotos. En la celebración, según cada comunidad portadora, las líricas expresan salutaciones al santo y al público, y/o contenidos satíricos. En cuanto a las formas de percusión, como por ejemplo el sangueo, su ejecución se distingue por el ritmo y el tipo de repique. Sobre el baile cada localidad también tiene sus particularidades. En el seno de estos procesos la espontaneidad, el ingenio y la improvisación son recurrentes. Tan significativa riqueza constituye un aporte extraordinario para la promoción de la creatividad humana y del respeto por la diversidad cultural, más allá de los espacios tradicionales de significación sanjuanera, y podrán considerarse como un referente vivencial y universal tras la inscripción del elemento. 

Medidas de salvaguardia.

¿Cómo se asegura la viabilidad del elemento por parte de las comunidades, grupos o, en su caso, individuos interesados? ¿Qué iniciativas pasadas y actuales han tomado al respecto?

Previo al proceso de elaboración de la postulación, los portadores venían trabajando en la salvaguardia del elemento. Desde mediados del siglo XX los sanjuaneros han concentrado sus esfuerzos en iniciativas de investigación comunitaria, en las que cultores y docentes se han abocado a conocer sus orígenes y transformaciones. Desde la tradición oral, asumieron un trabajo etnográfico entre devotos interesados en profundizar acerca de la simbología y diversidad cultural que caracteriza al Ciclo festivo.

En el contexto urbano, los sanjuaneros se han preocupado por investigar las raíces de una expresión que se ha resemantizado al practicarse en nuevas dimensiones socioculturales. La estrategia implementada ha sido el contacto con portadores de los estados pioneros para la conformación de sociedades, cofradías, parrandas y hermandades. Como esfuerzo pasado, sostenido en el presente, los conocimientos adquiridos se difunden a través de talleres formativos y en encuentros entre comunidades urbanas y rurales, que comparten la devoción y culto por San Juan Bautista.

Adicionalmente, es común entre portadores la realización de conversatorios en diversas partes de la geografía nacional, trascendiendo de sus ámbitos locales y regionales. Otra de las medidas que mayormente está asegurando la viabilidad del elemento en la actualidad, es la aplicación del San Juan Escolar,  que consiste en iniciar a los niños en el conocimiento de música, cantos y bailes sobre la tradición. Los tallistas también se han ocupado por enseñarles su oficio, permitiendo la observación del proceso artístico y espiritual que comprende representar a San Juan en yeso o madera. 

Marque una o más casillas para identificar las medidas de salvaguardia que han sido y están tomando actualmente las comunidades, grupos o individuos involucrados:

X Transmisión, particularmente a través de la educación formal y no formal

X identificación, documentación, investigación

X preservación, protección

X promoción, mejora

X revitalización

Explique cómo se lograría esto a nivel nacional.

El elemento tiene un sinfín de experiencias nacionales que tiende a intensificarse. Desde su inscripción en la Lista Representativa, las iniciativas locales sin ánimo de lucro estarán dispuestas a apuntar a la transmisión de valores a medida que se multiplican, centrándose en el diálogo como herramienta para resolver las dificultades cotidianas. Desde su reconocimiento a escala universal, y particularmente a través de conferencias en espacios escolares, dramatizaciones y muestra de canciones, se fortalecerá la transmisión de la oralidad hacia las nuevas generaciones. Recordando una oralidad que fue subyugada en la historia oficial, los sanjuaneros en el futuro como en el presente, mostrarán respeto a la interculturalidad, al construir un discurso que reafirme su identidad, sin menospreciar la cultura hegemónica que, en el pasado, no valoraba. este elemento. Sus voces y corporalidad fortalecerán una historia colectiva, siempre tejida de vasos comunicantes, de inclusión y comprensión de la alteridad.

Video sobre San Juan Bautista: http://www.diversidadcultural.gob.ve/venezuela-plural/coleccion-audiovis...

Descarga aquí el Expediente:  ciclo_festivo_alrededor_de_la_devocion_y_culto_a_san_juan_bautista_pdf.pdf (599.52 KB)

Consentimiento de las Comunidades:  consentimiento_de_las_comunidades.pdf (4.72 MB)

Ficha de Inventario:  ficha_de_inventario_ipc.pdf (364.97 KB)